lunes, 14 de mayo de 2012

El nuevo:


sábado, 14 de abril de 2012

La Odisea del Cachalote (3ª parte)


El que revela el secreto de otros pasa por traidor, el que revela el secreto propio pasa, hijo mío, por imbécil
(Voltaire, filósofo y literato francés )


Por tus amigos te conocerán ¿O era por tus obras? Bueno, en esta penosa historia ambas frases se pueden aplicar.

Este es un paréntesis de la historia, y es que resulta que según pasan los días y más nos adentramos en detalles más surrealista nos resulta aunque más me cuadran las cosas. Como bien dije en la 2ª parte, el supertriputorpe de Rafael nos llamó por teléfono. Este hombre curtido en los mares (¡ja! no hay más que ver lo descuidado que se ve su barco a pie de pantalán) les ha regalao a todo el mundo una copia del localizatodo en la que se ve el rescate. Al ver las imágenes más lo flipo.

Veamos, nos dijeron que cuando se quedaron tiraos estaban llegando a Almerimar ¿en qué quedamos? Es importante, además de obligatorio, llevar una carta a bordo, pero no sólo llevarla, sino que también saber darle uso. Aunque parece ser que ahora con llevar un gps en el que salgan las coordenadas y el teléfono de Salvamento Marítimo basta para cruzar el Estrecho (lo mismo que creer que un barco navega solo sin problemas mientras se toma el sol). En fin que el uno por el otro pero no sabían ni donde estaban, iban costeando y al menos Rafael debería ya conocer bien ese tramo de costa, aunque no navegue mucho ni sepa capturar una imagen de pantalla. O eso o nos mintieron. Nos dijeron que estaban en Almerimar. Tampoco cuadra que nos digan que la factura asciende a 180 euros por tres horas de Salvamento si estaban tan cerca, aunque de eso no puedo opinar mucho pues nunca les he llamao y no sé ni cuanto invierten en tiempo ni cuanto cobran (a todo esto la factura la abonará mi seguro porque contraté asistencia en la mar para casos de necesidad reales). Exactamente nos dijeron que cobraron por 3 horas, a 60 euros cada una. Así que nos creímos lo de Almerimar, ya que el buque DENEBOLA salió de Almería en su busca, y a la vuelta los remolcaron a 9 nudos. Entiendo que la ida la hicieron algo más rápida. Ellos ahora resulta que estaban como aquel que dice al lado del puerto. Pufff, y tantas cosas dicen y después contradicen y tantas versiones distintas una detrás de otra que ya no sé a qué atenerme ante tantas historias.

Lo ridículo es que se quedaron tiraos tras un tramo cortísimo. ¡Ya hay que tenerlos cuadraos! ¿qué estaban haciendo? Lo peor de todo, movilizar a una embarcación de Salvamento Marítimo para recorrer poco más de 5 millas en un día apacible sin riesgo alguno no solo es pa llorar, sino que debería estar penado. Sobretodo cuando todos tienen experiencia y tres son armadores de sus propios barcos. Me gustaría saber como se sentirían si se vieran en peligro y el buque de Salvamento se retrasara porque en esos momentos estaban remolcando a una panda de amigos por placer. Un poco de respeto señores, no sólo a la gran mayoría de navegantes responsables que surcan las aguas, sino a la figura de esos hombres que velan por nosotros y salvan vidas en la mar. Sólo faltó pedir una pizza mientras llegaban los rescatadores.

El caso es que tal calentón de un motor que iba como la seda no se entiende. Enrique y todos los mecánicos que lo revisaron lo entiendenal ver como lo encontraron al desmontarlo, pero a mi aún hay algo que no me cuadra dada la actitud de Rafael. Y ahí ya me mosqueo más. Rafa está angustiado, se esconde y nos critica. LLama a uno y otro, parece que quiera justificarse y táctica errónea la suya si para eximir su responsabilidad ha de recurrir a echar mierda encima a los demás. Ayer estaba desesperado pues no sabía capturar una imagen, se dedica a buscar historias para echarnos tierra encima, aunque nada tengan sus cuentos que ver con la avería que ocasionaron. ¿Qué tiene que esconder este tipo? ¿Por qué ese afán y tantos intentos (en vano) por dañarnos? Ciertamente su comportamiento ya empieza a ser un poco extraño. Igual es porque este hombre es ya extraño de por sí. Tantas cosas se oyen y tan pocas buenas sobre él que ya no sé que pensar. Y lo más curioso es que ha tenido todo el tiempo del mundo para dirigirse a nosotros abiertamiente. Pero sigue escondido. Hasta tal punto llega su poca hombría que ha escrito en su blog sin dar lugar a réplicas (eso sí, para mentes sensibles advierto que cuesta entender su gramática). Será que el que se pica... ajos come y este tiene una erupción de caballo. Menos pataletas y más dar la cara, que estamos a 50 metros.

Sea como sea, en mi opinión lo mejor es ir siempre de frente, y nosotros hasta la fecha lo hemos hecho. Será que nos gusta dormir tranquilos y satisfechos por nuestra conducta. Nunca jamás adoptaría ciertas actitudes que he visto estos días. Ahí hemos estao, a la vista de todos, para todo el que le interesase, quisiera cotillear o simplemente velar por el barco de su amigo. También estamos aquí, contando abiertamente lo que ha sucedido. Casi nadie ha estado, al menos nadie de los que han vertido infamias o se han regalado los oídos con ellas. Muchos por la distancia, otros porque les daba miedo o verguenza. Y eso que Daniel frecuentaba ese puerto. Eso sí, Daniel ha tenido un ángel de la Guardia velando a pesar de los kms que nos separan por él en todo momento, y por nosotros...Todo esto nos ha servido para valorar a unos cuantos como personas, los hay que han dejao el listón tan alto que son un ejemplo a seguir y otros que ni baremo existe para colocarles. Espero que Daniel sepa distinguir quien le quiere realmente y corresponda tanto afecto como el que a nosotros nos ha demostrao tenerle cierto angelote.

Por cierto,también nos ha servido para animarnos a volver muchas veces a Roquetas, siempre con la frente alta y la mirada limpia. Hemos pasado unos días duros por arreglar marrones ajenos, pero a pesar de todo, los amigos navegantes de Roquetas estos dos últimos días nos han hecho más placentera la estancia. Fue todo un placer pasear por el náutico de Roquetas tras aceptar la invitación, conocer a nuevos amigos en persona, visitar otros barcos y echar una mano a alguno, como mandan las buenas formas marineras. Y como no, las charlas de sobremesa después de una comida o cena, de la que tantas cosas se hablan y en las que el tiempo pasa volando. Da gusto compartir esos ratos con buenas gentes de mar. Y ya hasta tenemos algunos planes divertidos en cuanto traigamos nuestro barco.

Después de todo con eso tenemos que quedarnos. La mierda, tan solo tirando de la cadena se ahoga en su propia corriente

Atasco en sistema de refrigeración.Motor Sole mini3

 Microesferas de algo parecido al poliespan.
 Plástico en trozos pequeños.
 Grietas en la parte superior de la culata, debido al recalentamiento.
 Juego de segmentos nuevos y viejos.
 Caja de segmentos nuevos.
Salida de refrigeración del termostato.

lunes, 9 de abril de 2012

La Odisea del Cachalote (2ª parte)


El heroísmo no se puede exigir, pero la cobardía no se debe disculpar
(Valentín Moragas Roger)



La primera noche sin el Cachalote fue muy amarga. Era una sensación rara. Como he escuchado tantas veces decir: los días más felices de un armador son cuando compras un barco y cuando lo vendes. No fue exactamente eso lo que me ocurrió. La tristeza podía más que la alegría. En ese barco he aprendido desde cero, y han sido muchos los momentos y sensaciones que allí quedaron.

Así desperté el sábado, con morriña cachalotera. No podía quitármelo de la cabeza: mi barco partía hacia Puerto Sherry . Pero había mucho que hacer esa mañana. Llevábamos ya días atrasando un viaje a tierras alicantinas. Mi suegro está muy enfermo y nos necesitaba. Pero como debíamos esperar a Daniel para entregarle las llaves del Cachalote y ponerle al día de las mejoras nos retrasó. Ahora tocaba preparar mochilas para salir zumbando a Alicante y a la vuelta aprovecharíamos para bajar nuestro nuevo barco, el que iba a ser nuestro hogar con velas.

A las 10 en punto de la mañana suena sms en mi móvil, era Daniel. Decía: "En el mar el Cachalote se va despidiendo de Almería con entereza y buen sabor. Besotes". Pufffffff y yo otra vez llorando, parecía que había entregado a mi propio hijo en adopción. Adiós Cachalote, buen amigo, nunca te olvidaremos.

¡Ja! qué lejos de la realidad. Poco más de una hora más tarde nos llama Rafa.

-Que el motor echa no sé qué. Que se ha parao!!!!
- ¿no sé qué????? Vamos a ver Rafa, ¿qué es no sé qué? no sé qué no lo hay en los motores, algo será
-Que no lo sé, que el motor está gripao. Que no arranca

- Tranquilo Rafa, habéis abierto el grifo de fondo del motor? - le pregunté porque él es de los que los deja cerrao según nos dijo y eso puede llevar a olvidos en un barco ajeno

-Que yo no sé ná, que a mi no me digas ná. Que Daniel ha llamao a Salvamar- menuda respuesta

-¿¡¡A Salvamar???- ¡¡¡Pero por qué??? !!!! ¿no podéis ir a vela o pedir a algún de tus amigos que está por ahí navegando hoy sábado que os remolque? la previsión es que en un rato se metiera poniente, así que podían poner con portantes en unplis plas de vuelta.

-Que a mi qué me cuentas, que Dani se ha encabezonao y ha llamao a Salvamar

Pues vaya... El seguro seguía a mi nombre y jamás di parte, menos por una tontería. Si no hay peligro ni por asomo, opino que es innecesario pedir rescate (que es remolque), eso he pensado siempre. ¿Me penalizarían al renovárselo a mi nuevo barco? Por otro lado, a pesar de que hacía nada que habían salido y por lo que preguntó Enrique iban a toda leche pues casi estaban a la altura de Almerimar. Cuatro personas adultas, con todos sus pertrechos a bordo de un barco de 23 pies, que encima tenía falta la obra viva de una limpieza no podía correr tanto a menos que le dieran caña al motor. Nos dijeron que iban a mil vueltas ¿y como lo saben? el motor no lleva cuentarevoluciones. Pero vamos, que los que conocemos la costa y el barco sabemos bien lo que da de sí, así que lo teníamos claro. Además, Salvamento les pasó una factura de 180 euros por tres horitas....

A las doce menos diez nos vuelve a mandar Daniel otro sms: "Ya remolcando el Cachalote" decía. Un rato después nos vuelve a escribir: "En Roquetas atracado, veniros para acá, incluso os puedo recoger"

Nosotros que en dos horas marchábamos para Alicante, pensamos en ir a echarle un ojo antes de marcharnos de viaje. Dado que vivimos en la otra punta de Almería, y no disponíamos de coche tuvieron que venir a buscarnos. En autobús hubiéramos tardado más de 3 horas y ellos en una hora podían ponerse aquí. Así hicimos, nos dijeron que en una hora estarían en casa. Quedamos en una calle principal de nuestro barrio, y allí esperamos, un rato que se iba haciendo eterno. Por un lado teníamos la incertidumbre de no saber qué había pasao, sobretodo yo, pues Rafa insistía en que el motor estaba gripado. Pero Enrique me tranquilizaba. Me decía que el motor estaba bien, que igual había sido un calentón, o algo por el estilo.

A las dos horas y media les mandé un sms ya cansada de esperar en la calle al solanero. "¿Vais a venir o nos vamos pa casa? lo digo por aquello de irnos a comer". Ya estaban llegando. Fíjate si estaban preocupados que se habían ido tranquilamente a comer en Roquetas mientras nosotros esperábamos. ¡¡eso era el colmo!! ¡pero que morro! Y esa misma tarde nos íbamos de viaje a ver a un ser querido enfermo que nos necesitaba, no estábamos pa perder el tiempo, lo primero es lo primero.

Nos recogen y por el camino Enrique y Daniel hablan sobre lo que ha pasado. Según le cuentan Enrique lo tuvo claro, casi seguro era un calentón. Aún así había que mirarlo pues según nos dijo Daniel ni tan siquiera gobernaba el barco cuando se paró, él estaba en proa mirando fondeo y otras cosas. Al llegar a Roquetas el barco estaba abarloado en el muelle de espera. Eran casi las 3 y media de la tarde. El motor se había parado antes de las 11 y aún estaba caliente. Yo misma lo toque y me quedé helada. Aún así Enrique lo arrancó. Refrigeraba bien, el chorro del escape era bueno y motor se enfrió enseguida.

-¿y esto está gripado?- A Daniel se le quedó cara bulberrys: a cuadros chicos y grandes.
- ¡Ottia! arranca-dijo. Sí, sí que arranca. O sea que no está gripao

Yo suspiré tranquila. Enrique por lo que miró por encima confirmó su teoría: un calentón. Probablemente habrían pillado un alga o algo por el estilo. Las dos semanas anteriores tuvimos un temporal de levante fortísimo y el fondo estaría removido, y la mar sucia. Al preguntarles nos lo confirmaron: en ningún momento a nadie habrían evitado la avería parándolo evitando así el calentamiento.

Tampoco es que estuvieran muy preocupados, la verdad. Jose nos enseñaba todo emocionado el video de la estela que dejaba el Cachalote siendo remolcado a 9 nudos por Salvamar. Isa... isa sentada en cubierta sobre nuestros chaquetones y mochila (que era el sitio más mullido donde plantar el culo sin miramientos) y preguntaba que donde estaba la luz pa cargar el móvil ¿la luz? hay que joderse, ¿y esta ha navegao? igual ha ido en un barco delastre, pero idea... ni puta idea tiene. Nena por dios, en el enchufe tienes 220 y 12 una toma de mechero. -Ya pero es que lo enchufo al enchufe y no carga...- Claro tía, tendrás que enchufar la toma de 220 a tierra. Luces las que te faltan chavalita.

Con esta tripu salvao que estaba mi Cachalote, anda que sí. Por cierto ¿donde estaba Rafa? Dado que Jose ponía pies en polvorosa y esa misma tarde le recogían pa volverse a su tierra Daniel necesitaba de Rafa para que se quedara bien con las explicaciones (Daniel tiene problemas auditivos). Así que nos dirigimos hacia su barco ya que Roquetas es su puerto Base y está amarrado a pocos metros.

Según llegamos a su pantalán Rafa mandó a a Jose a decirnos que estaba durmiendo a su niño (también estaba su mujer a bordo) que no fuésemos pa su barco. Nos sonó raro, a excusa barata. Tío, solo tienes que asomarte un momento. Sea como sea no quiso dar la cara. Iba a bordo, gobernaba el barco en ese momento según me dijo Isa, qué menos que si no por nosotros, por un amigo que le necesitaba. Estábamos buscando soluciones y Daniel le necesitaba ¿tenía algo que temer o esconder? A mi me gusta la gente que se viste por los pies, y él en ese mismo momento me demostró ser un cobarde de lo más rastrero, Adoptó la postura del avestruz, escondido en su barco.

La cosa se complicaba, nosotros no podíamos aplazar el viaje a Alicante, Rafa escondido, Daniel con sus limitaciones no podía hacerlo todo él, Isa no tiene ni puta idea de barcos ni de motores ni de enchufes ni de ná... aunque por ciertos comentarios posteriores lo que le sobra es la mala idea. El único válido o medio decente que podía ayudar a Danilo era Jose y se piraba....

Total que ya era tarde. Enrique arrancó nuevamente el motor, que ya se había enfirado. Daniel nos llevaba de vuelta a casa. Isa se cambió antes y cuando la vi salir del barco casi me tiro a arrancarle la yugular. Ahí estaba la tía, dando sus habituales y torpes zapatazos por cubierta con unas botas de tacón de madera y el barco con la pintura fresca. Joer que poco miramiento!!! Todavía me dolía que hicieran daño al cachalote.

Ya en nuestro barrio abrazos, despedidas y demás con Daniel. Nos dijo una y otra vez que quedásemos tranquilos que nosotros no éramos responsables, que las cosas estaban bien, que no nos podía culpar de nada porque él habia revisado el barco y sabía lo que había comprado. Evidentemente, ha tenido todo el tiempo del mundo para probar, mirar y remirar. Y así lo ha hecho antes de llevárselo. Además su anterior barco era el mismo modelo y es Ingeniero mecánico, o al menos título de eso tiene. Él afirma saber de mecánica, así que normal que nos eximiera de toda culpa, sabía qué había comprado. Allí mismo le regalamos un juego completo de juntas que Enrique tenía encargado para reparar otro barco. Espero que supiera valorarlo, porque la bolsita valía un dineral y a nosotros no nos sobra. Pero las juntas era lo que más caro le iba a salir de la reparación, él solo tendría que pagar a un mecánico la mano de obra que con las herramientas adecuadas en dos o tres horas lo arreglaría. También le dimos un tormentín de garruchos nuevo y el teléfono de un buen mecánico que había trabajado un par de veces en el barco de un amigo. Era uno de esos mecánicos que cobra barato y trabaja muy bien, mejor no lo había.

Por la noche en casa Daniel nos manda sms. Por lo visto llamó a ese y otro mecánico que Rafa le recomendó y claro al día siguiente no trabajaban, era domingo y previo a la semana Santa. Decidió volverse a casa. Su Mensaje decía que se piraba a su casa, que con el mal tiempo no podía reanudar la travesía y que dejaba el barco en Roquetas. Que pásaramos a nuestra vuelta a mirar el motor. ¡¡Como si nosotros lo hubiésemos roto!!!.No somos responsables de nada.

La mañana siguiente hablamos con Jose pa ver como le había ido el viaje de vuelta y como estaban todos en general. Nos dijo que el pobre Daniel no va sobrado de pasta e iba a proponer recaudar 20 eurillos por cabeza para cubrir los gastos del traslado del Cachalote. Que ya el viaje a el mismo le había costado 200 euros. A mi modo de ver pudieron hacerlo a la ida, pues fue Daniel el que cubrió con los gastos del viaje según nos contó. Jose nos pidió que ayudáramos a Daniel con el motor. Según decía no le parecía bien que nos marcháramos dejándole en la estacada. Pero tíoooooo que nos vamos a ver a un hombre de 74 años con cáncer e impedido, que no me voy de viaje de placer. ¿nadie ha valorado eso? Puffff que mal rollo ¡si teníamos que irnos a cuidar de mi suegro!! Si estuviera sano no habría problema pero en su estado ¿qué podíamos hacer? ¿como dejarle solo? Porque no es solo el cáncer, es la necesidad de tener cerca a sus seres queridos, que psicológicamente el trance por el que está pasando te deja bien tocao.

Y pasa lo que pasa, que somos buenas personas. Nos pusimos en el pellejo de Daniel. Nosotros también acabamos de comprar un barco, nos ha costado mucho esfuerzo y no nos sobra el dinero. No tenemos un talonario mágico ni la visa oro. Pero si nos viéramos contra la espada y la pared también nos gustaría tener amigos cerca. Así que decidido: buscamos profesionales que cuidaran a mi suegro mientras curábamos las heridas del Cachalote. Costara lo que nos costara. En esos momentos Enrique y yo nos miramos emocionados, y le di un beso con lágrimas en los ojos. Estaba orgullosa de él, un hombre honrado y generoso que se estaba sacrificándose por el barco, por un amigo, por mi misma, por nuestros sueños... y es que él es el que tenía que afrontar la reparación.

Así, por tercera vez suspendimos nuestro viaje hacia un ser querido, y como no, el del encuentro de nuestro nuevo barco.

Y lo que pasó... lo dejó para una tercera parte

domingo, 8 de abril de 2012

La Odisea del Cachalote (1ª parte)


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Un amigo es un amigo, me dijo un amigo mío

Y era tan amigo mío y tanta amistad la nuestra

que no supe qué pensar pero le dije muy dolido:

Un amigo de verdad, no lo dice, lo demuestra

(Comparsa Los Condenaos, J.C. Aragón)


El Cachalote era hasta hace nada mi primer barco. Con todo el dolor de mi corazón lo vendí, pero es que ya éramos dos a bordo y para nuestras futuras pretensiones se quedaba pequeño.


Lo ofrecíamos pintado, con nueva instalación eléctrica y muchos extras. Como en estos tiempos es difícil vender nada, mucho menos un barco, así que de salida ya era barato, aún así fuimos rebajando su precio, eso sí, descartando ciertas mejoras tales como pintar la cubierta.


Y al final llamaron varios a nuestra puerta. A punto estuvimos de vendérselo a alguien que se lo llevaba tal cual hasta Bilbao. Daniel, alguien ya conocido también lo quería. Elegimos a Daniel, pues ya había tenido el mismo modelo de barco, pero un día de mal tiempo su barco se fue a las piedras. Además, ya conocía el Cachalote Hubo un tercer interesado, que quedó a la espera por si alguno se arrepentía.


El chico de Bilbao se informó sobre subirlo por carretera al norte, estaba muy muy interesado en el barco, tanto que llegó a ofrecer 2000 euros más del precio que le dimos a Daniel. Pero qué se le a a hacer, soy una tonta sentimental y Daniel estaba tan ilusionado que.... pufffff, además, era mi barco, y para mi el valor sentimental era impagable.


Ya Daniel había estado alguna ocasión de visita , pero vino a hacer la oficial. Además vino con Rafael, un conocido de años que tiene el barco en Roquetas. De Rafael poco puedo decir: por un lado me tranquilizaba saber que estaba ahí, pues conocía el barco desde hace años y ha navegado varias veces en él, por otro lado, por su forma de ser sabía que su presencia nada bueno traería, y es que es de ese tipo de personas que a todos critica, empezando por sus propios amigos, no se escapa nadie, buenos y malos, creo que lo hace por vicio, que a decir verdad amigos no tiene, pues solo busca gente de la que obtenga beneficios y de gente así nunca se puede esperar nada bueno.


Como Daniel conoce bien los Daimio pues su anterior barco era ese mismo modelo la inspección fue intensa, sabía donde mirar. Velas cofres, motor.... parecía la Verdemérita haciendo un registro exhaustivo. Y en su derecho estaba, quería comprarlo. Se quedó encantado. Nos contaba que su barco no estaba tan equipado, que la cubierta del nuestro era mucho más sólida, que el no tenía depósito de agua, ni bomba de agua, ni fregadero, ni el palo y la botavara como el nuestro, ni el enrollador.....aún así pidió que le pusiéramos algunas cosas a su gusto. Se lo llevaría en menos de un mes.


La puesta a punto del Cachalote fue una maratón. Pese a la rebaja estábamos contentos por quien se lo quedaba y pintamos finalmente la cubierta, pusimos nuevo cuadro eléctrico, le hicimos un lazy bag nuevo, repasamos pintura del interior, reubicamos algunas cosas tales como el cargador de baterías para que tuviera mejor acceso. También hicimos en proa una preciosa delfinera de madera a la que pusimos una flamante roldana a estrenar para que le costara menos subir pues Danilo tiene ciertas limitaciones físicas. Total, que nos dejamos un dineral para dejárselo lo mejor posible, mucho mejor de lo que ya de por sí estaba. Y encima estábamos ilusionados.



Y llegó el día... la tarde antes le habíamos dado la ultima capa de pintura a la cubierta y lo mismo el interior. El mal tiempo nos impidió rematar los detalles pero era cosa fácil que podía hacer él con tranquilidad. Le avisamos de que aunque seca la pintura estaba aún sin curar. ¡Estaba tan blanquito! Ná más llegar subió la tripulación a bordo. Isa hizo su entrada en el barco a lo Alejandro Sanz: "pisando fuerte" y a mi me dio un retortijón esa pisada, sabiendo como sabían todos que estaba recién pintado, pero poco podía protestar, ya dejaba de ser mi barco. Sea como fuere me dejó preocupada la inseguridad con la que se movía a bordo, no parecía tener experiencia y pensaba para mis adentros que quizá en un barco tan pequeño lo pasaría fatal, aunque por otro lado decia que era navegante transoceánica, y que había navegado por el Caribe y demás...


Mientras Jose y Rafael se quedaron con Enrique revisando a fondo los detalles y quédandose de como iba el cuadro, motor y demás yo me fui con Daniel a Hacienda para pagar el impuesto de transmisiones. Fue una mañana digamos que entretenida. Mientras Daniel e Isa esperaban sentados en un banco a mi me tocó hacer de "niña de los recaos". Pa qué nos vamos a engañar, odio que me manden e Isa empezaba a resultarme irritante con tanto disponer cuando ella no pintaba nada. Ya no era mi barco, no me tocaba a mi ir a hacer fotocopias, comprar el impreso y demás...pero bueno, me decía a mi misma: paciencia Marga, Daniel es un amigo así que vamos a facilitarle todo lo más posible


Cuando al fin el funcionario nos atiende nos coge el contrato y documentación y sella todo. Cuando dijo lo que había que pagar en ventanilla Daniel se quedó blanco, pero vamos, más lívido que un oso polar albino. Yo creí que ya sabía el coste, pero viendo su expresión de apuro decidí convencer al funcionario de que deshiciera el trámite. Alegué que el chico no podía pagar tanto así que haríamos un nuevo contrato con un precio inferior y el funcionario encabezonao en que no, que eso era falsedad documental y no podía hacerlo. Yo erre que erre que soy cabezona, diciéndole que no había falsedad ninguna, que yo como parte vendedora tenía el derecho a rebajarle el precio, y ponérselo como quisiera. Pero nada, el tipo era durillo. Así que me quedé un rato allí plantada cerca de su escritorio, mirándole con cara de pena.El hombre cada vez que levantaba la vista de su escritorio ahí me encontraba con cara de perro pachón


Le dije una y otra vez:- Venga hombre, si no has metido ningún dato aún en el ordenador, solo tienes que romper el contrato y el impreso.... Anda, por favorrrr, haz la buena obra del día que ya es viernes y te vas a ir a casa contento por la buena acción, no somos ricos, solo gente joven que con mucho esfuerzo y penas logramos hacernos con un barquito sin pretensiones..... Y así estuve más de media hora hasta que finalmente el buen funcionario accedió. Biennnnnn!!!! Rebajo precio, nuevo contrato y eso que se ahorra. Y Daniel súper contento.


Y así volvimos al Cachalote, risueños. Una vez en el barco ya me contó Enrique que habían tenido puesto el motor y que Rafa había tomado nota de todos los detalles para transmitírselos al nuevo armador. Y poco más... el barco estaba dispuesto para soltar amarras y un nudo en la garganta me apretaba, pero no quería llorar, no delante de ellos


En ese mismo momento se llevaban mi barco, sin más. Pasaría la noche en Roquetas y al día siguiente irían hasta Adra. Abrazos, despedida y.... me quedé a cuadros cuando el nuevo armador del que había sido mi barco optó por irse en coche mientras ponía su nueva adquisición en manos de Rafa y Jose para que se lo llevara. ¡¡¡Tío!!! que deberías tomar el mando desde un principio, que es ilusionante, que has de conocerlo pues cada barco es un mundo.... pero nada. Ahí estaba el Cachalote, alejándose despacito... ¿volvería a verlo algún día? La pena era enorme y aún así conseguí aguantar más de dos minutos las lágrimas. Enrique lloró tanto o más que yo, ahí estábamos los dos en el pantalán abrazados despidiéndonos de nuestro buen compañero, el que nos unió y en el que tantos buenos momentos hemos vivido, momentos que nunca olvidaré.


Como era mediodía decidimos comer en puerto y por la tarde pasar a arreglar papeleos del nuevo barco que hemos comprado con el inspector. Nos llamó nuestro amigo y vecino Bernardo diciendo que estaba viendo al Cachalote navegando a motor y vela por la Bahía. Unas horas después Enrique llamó a Jose para haber como había ido la primera travesía y estaban encantados. Nos comunicaron que todo iba de lujo, que el motor como la seda y bla bla bla.. Todo eran halagos. Nosotros satisfechos como siempre porque el Cachalote es un buen barco.


Quien me iba a decir que ese no sería el último día que subiría a bordo del que fue mi barco, y que me quedaba mucho aún por llorarle. Pero eso lo narraré en el siguiente post post.

domingo, 7 de agosto de 2011

Pulpitos elásticos

Un elemento que considero útil a bordo son los pulpitos elásticos. Se le pueden dar mil utilidades, tanto para sujetar la funda de mayor como las de los winches, trincar cualquier cosa, y un sinfín de cosillas más. Como aún no tengo lazy bag mi mayor lleva una cutre funda que ato con pulpos. Los que encontraba en tiendas siempre eran largos o cortos, nunca encontraba la medida exacta para cada cosa. Así que me los hice yo misma. Prácticos, baratos y fáciles de hacer.....


Material:
Cabo elástico 6mm (creo que me costó a 0.20 € el metro)
Ganchos de plástico (los grandes 0.65 el paquete de dos)
Pasacabos (opcional)
Hilo de falcacear
Un mechero soplete




El material es mejor comprarlo en ferreterías, que en las naúticas cobran el triple por el mismo producto y no están las cosas como para tirar el dinero. De lo que se trata es de hacer cosas y por supuesto que estas salgan rentables, de lo contrario no merece la pena el trabajo.
El asunto no tiene ningún misterio: se corta el cabo elástico del largo deseado.Con el mechero soplete quemar las puntas para que la funda de este cabo no se deshilache.




Colocar un extremo en el pasacabos y falcacearlo para unirlo. Al principio pensé en darle un punto más de sujeción con pegamento, pero he comprobado que no es necesario, que con este tipo de unión aguanta lo que le echen y no se abre. El truco, tensar un poquito el elástico mientras lo lías muy apretado.





En el otro extremo del elástico colocar el gancho. Este gancho, que en la naútica lo venden para sujetar las defensas se compone de dos piezas, el ganchito y el culo de este. A la hora de elegir ganchos es recomendable que tenga la pestaña que se ha de presionar lo más larga posible. Es que si es muy corta, como el gancho de enmedio de la foto, cuesta mucho abrir .
El cabo se pasa por dentro y al cerrar las dos piezas queda pinzado fuertemente. Al principio tenía mis dudas, pero también éste aguanta mucha tensión. Lo bueno de estos ganchos es que se pueden reutilizar, del mismo modo que es muy difícil que el cabo se salga accidentalmente, pero si quieres los separas fácil, sacas el elástico cuando se deteriore y pones otro





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Como sugerencia para ahorrar costos de producción decir que el pasacabos se puede usar como guía y quitar una vez falcaceado ese extremo, o directamente prescindir de él. A mi me gustaba como quedaba estéticamente además de que protege del roce así que lo dejé puesto.
Otra sugerencia, si hacéis varios pulpos y los unís todos por el centro con un cabo del largo de la botavara tendréis un práctico pulpo múltiple como éste que vi en la tienda del navegante.
La diferencia es que el vuestro tendrá la medida exacta y las fijaciones que necesitéis y lo mejor de todo, es más barato y lo haces en 10 minutos

martes, 26 de julio de 2011

Puliendo metales

Colgados en un mamparo de mi barco habían un barómetro, un reloj y un higrómetro. Las esferas iban dentro de unas cajitas redondas con un marco metálico que estaban picadas y oxidadas. No se adivinaba bien el color que tuvo originalmente, si bien en su origen parecían haber sido doradas.
Ese fue uno de los primeros bricolajes que hice en el Cachalote. No sabía hacer nada, pero todo era ponerse. Si algo ha tenido de provecho conocer a militares era ver a alguno que otro sacar brillo de vez en cuando a hebillas y demás con el algodón mágico de Sidol. Cuando vi el lamentable estado de las cajas de los relojes de mi barco me acordé de esos momentos y pensé: por probar no pierdo nada, de todos modos están para tirarlos. Así que me las llevé a casa. Aquí se aprecia el estado lamentable que tenían, y a punto estuve de tirarlas















El “Thermo-Higroskop”, que entonces ignoraba para qué servía fue lo primero que desmonté, y al hacerlo descubrí un curioso pero simple mecanismo en su interior: llevaba pelos sujetos a la aguja, me dijeron que eran crines de caballo, y di por hecho que eran para medir el grado de humedad ambiental (luego me lo confirmaron). Bueno, sea como sea me pirran estos cacharros, y con esa pinta de ser antiguo consiguió el indulto: haría lo posible por salvarlo.
Compré un botecito de Aladdin (de la marca sidol,), que según me asesoraron es el que mejor resultado da. Probé a frotar en un rinconcito de uno de los cacharros y ¡¡milagro!! El resultado era increíble; eso sí, había que frotar y frotar. Así que como me llevaría un rato preparé de antemano todo para ponerme manos a la obra.

Materiales que usé:

  • Relojes, o metales de todo tipo que estén estropeados, oxidados, picados….
  • Todas las camisetas o trapos viejos que encontré por casa
  • Guantes
  • Cervezas muy fresquitas (pueden sustituirse por coca-cola Light o un buen wisky de malta -sin duda un buen Oban).
  • Una buena peli (o en su defecto buscar el momento que den algo bueno en la tele). Por supuesto la tele y el dvd (pa ver la peli)
  • Y lo más importante: UN BOTE DE SIDOL

Procedimiento pa dejar los relojes de a bordo relucientes:

Es importante la colocación de todos los elementos para no tener que moverte muc
ho una vez empiece la peli :-P
  • Poner un mantel bajo la mesa o soporte que se vaya a trabajar, pues los algodoncitos estos de Sidol dejan mancha
  • Sobre la mesa depositar los elementos destinados a dar lustre. Son muy importantes los guantes. En mi caso tengo alergia, pero este algodoncito deja las uñas muy negras, así que prefiero el sarpullido alérgico mil veces.
  • Abrir la birra, y claro, catarla
  • Poner la peli
  • Coger un trocito de algodón sidol. (No dejar abierto el bote el bote pues el producto abierto se seca y pierde eficacia). Tomar el cacharro estropeado y frotar frotar y frotar con el algodón. Entre frote y frote de algodón, refrotar con un trapo viejo, ideales las camisetas de la Junta de Andalucía, son de algodón del güeno.
  • No olvidarse de la birra y seguir dando tragos por aquello de recuperar fuerzas
  • Una vez que se vea que el metal vuelve a relucir, frotar con una gamuza de esas amarillas limpia. Y evitar tocarla con los dedos pringados porque se queda huella

El resultado: espectacular. Ni yo misma me lo creía. Y para muestra, un botón, o mejor, más fotos. Si algo me gusta de estas faenas es recuperar cosas viejas que se dan por perdidas y devolverles el esplendor que lucían en su día


Para haber sido uno de mis primeros bricos como armadora novata creo que me puedo dar por satisfecha...